Si quieres hacer deliciosos rotis e chapatis indios, el amasado es un paso crucial en la preparación. Es en este proceso donde se ayuda a transformar la masa en una forma suave y esponjosa. Si la masa no se amasa lo suficiente, se vuelve dura y crujiente si se hornea en pan, lo cual la mayoría de las personas no encuentra muy apetecible. Por eso, amasar bien la masa es importante para obtener los mejores resultados.
Se necesitan algunos ingredientes básicos para hacer la masa perfecta para tu roti o chapati. Y son agua, sal y harina. El agua debe estar a temperatura ambiente, no demasiado caliente ni demasiado fría. Añade sal para que la masa tenga buen sabor y esté sazonada. La harina que puedes usar todos los días, hecha moliendo trigo integral, se llama atta. Es lo que hace que el pan sea poroso y sabroso.
La clave para un delicioso roti indio está en su textura. Debe amasarse hasta que esté suave y liso. Esta suavidad se debe a una proteína en la harina, que permite que la masa se hinche cuando la amasas. Cuanto más suave y esponjoso salga el roti, más has amasado la masa. Así que, cuando amasas, básicamente estás ejercitando la masa!
Después de haber mezclado la masa, es hora de comenzar a amasarla. Espolvorea harina sobre una superficie limpia. Luego coloca la masa en ese área enharinada. Trabaja la masa durante al menos 10 minutos. Eso significa que debes amasar y estirarla hasta que se sienta suave y elástica. Presiona la masa alejándola de ti con la palma de tu mano, y luego tómala y tráela de vuelta hacia ti. Sigue haciendo esto hasta que creas que la masa está bien amasada.
¡No importa cómo amases la masa, es importante sin excepción! En ciertas recetas de amasado, tendrás que usar mantequilla o aceite. Esta grasa adicional ablanda y hace subir el pan, lo cual muchas personas encuentran agradable. Este es uno de varios métodos para hacerlo: usa agua caliente en lugar de agua a temperatura ambiente. El agua caliente ayuda a ablandar la masa, haciéndola más fácil de amasar. ¡Pero ten cuidado! Si el agua está demasiado caliente, puede dañar la masa y matar la levadura.
Asegúrate de no usar demasiada agua. El agua es esencial, ya que activa la glutenina en la harina. Si agregas demasiada agua, tu masa será pegajosa y difícil de manejar, algo que debe evitarse.
Sin embargo, después de amasar, deja que la masa descanse durante al menos 30 minutos antes de extenderla. El tiempo de descanso permite que la glutenina se relaje, lo que facilita estirar la masa en la forma deseada.